Prólogo
La isla de Cerdeña , como todo isla del Mediterráneo , goza de un clima benigno la mayor parte del año que le proporciona unos inviernos suaves con pocas precipitaciones y unos veranos calurosos y secos. Su acceso a través del continente se puede realizar con barco, ferry o avión y existen varios puntos de salida desde las principales ciudades europeas. Por su extensión territorial, ocupa la segunda posición entre las islas mediterráneas, sólo superada por Sicilia. Su estructura administrativa viene dada por ser una región autónoma dentro del estado italiano, organizada en 8 provincias y cuyas lenguas oficiales son tanto el italiano como el sardo, la lengua propia de la isla y también románica. También se encuentran otras lenguas circunscritas en varias partes de la isla, como el corso o el catalán.Viabilidad
Debido a su extensión, parecería indicada para hacer un recorrido de dos semanas en bicicleta que se vería favorecido por el clima; no obstante, la isla presenta un relieve muy montañoso con una altitud máxima de 1894 en la Punta la Màrmora, en los montes del Gennargentu. Así, ya sea la costa, con sus acantilados, o el interior, con sus abundantes montes, le dan a la isla un aspecto agreste que no sería un problema si las carreteras estuvieran en condiciones. Pero no sucede así. Por lo tanto, es posible hacer un recorrido en bicicleta que , sin embargo, se convierte en una interminable sucesión de subidas y bajadas por carreteras sin arcén y , desgraciadamente, con un tráfico muy denso y poco respetuoso con el ciclista.La oferta existente es variada, hablamos de albergues, hoteles , campings, hostales, bed&breakfast, etc. El reclamo turístico que ofrece la isla le beneficia de una gran oferta en este aspecto . Siempre dependerá de nuestra opción y de la disponibilidad el lugar donde queramos pernoctar.
Agua y otras necesidades
El agua puede encontrarse perfectamente en las fuentes públicas, cuando las haya (poco frecuentes) o si no, en los autoservicios de las poblaciones, con lo que nuestra demanda de otras provisiones está también servida.Mapa
Descripción
En esta ocasión no comenzamos nuestra ruta desde cerca de una estación de trenes o autobuses, ni tampoco un aeropuerto, sino que la iniciamos en el puerto de la ciudad de Porto-Torres. Una vez desembarcamos, nos ponemos inmediatamente a rodar por el puerto comercial y pronto la carretera que se aleja de la ciudad para conducirnos a Alghero. Ya tendremos tiempo de visitar Porto-Torres al final de nuestra particular vuelta por la isla.La vegetación que vemos al lado de la carretera no nos extraña , pues es similar al que se encuentra donde vivimos: vegetación típica mediterránea con abundancia de arbustos en formación de maquias, algunas encías y algunos pinos. El tiempo, tampoco difiere del que habíamos abandonado: soleado, caluroso , casi bochornoso.
El tramo hacia Alghero es rápido y pasamos por el pequeño aeropuerto de esta población antes de llegar a la ensenada de Fertilia y contemplar hacia el este la línea de casas de Alghero. Vamos a pernoctar en la costa , algo que haremos en casi todo el recorrido por ser el mayor atributo de la isla.
A la mañana siguiente visita del cabo próximo llamado capo Caccia, el cual alberga la grotta di Nettuno, una gruta marina accesible por mar o descendiendo unas empinadas escaleras desde la punta del cabo.
La visita a Alghero lo hacemos en bicicleta a través del carril bici y contemplamos sus playas con un ambiente muy veraniego. Se hace recomendable la visita de esta ciudad costera que presenta un paseo marítimo magnífico y donde se habla catalán, aunque no tuvimos ocasión de oírlo. Lástima.
A partir de allí, la ruta nos lleva por la línea de la costa hacia Bosa en una sucesión de subidas y bajadas por los acantilados imponentes de esta zona de Cerdeña. Muy bonito todo, pero muy sufrido por ir en bicicleta con las alforjas. Cada ascensión queda impregnada en nuestra memoria. Siguiendo hacia el sur y aunque nos desviamos de la costa, no termina la dureza de la ruta , pues hay que subir hasta Cuglieri para poder alcanzar de nuevo la calma y relax de la costa con Santa Caterina di Pittinuri y la playa de Is Arenas con sus dunas.
A continuación el terreno se abre llano y amplio y podemos rodar más ligeros. Vamos, entonces, a descubrir la península de Sinis y su capo San Marco que tiene como punto destacado el enclave preromano de Tharros. Desde aquí divisamos el golfo de Oristano y la ciudad homónima.
Un carril bici nos aproxima a la capital de la provincia en la que podemos ser testimonios de una procesión religiosa. Al día siguiente tomamos el mismo carril bici de ayer para ir a la playa de Torre Grande, de arena dorada y casi vacía. Sin duda, estamos en temporada baja porque si no estaría abarrotada.
Nuestra intención es visitar también la costa este de la isla, así que no hay más remedio que cruzar por el centro de la isla. Con esta resolución salimos de Oristano en una jornada que comienza con mucho tráfico y que desaparece a medida que vamos adentrándonos hacia el interior, donde las carreteras parecen de alta montaña , retorciéndose para ascender las cadenas montañosas que salpican el interior. El paisaje es también espectacular con montes rodeándonos y cubiertos por mantos de bosque. Pasamos por Sorgono y continuamos ascendiendo. Un cartel nos avisa que pasamos por los 925 m. Nada mal si pensamos que hace unas horas estábamos a nivel del mar. En Tiana estamos en los bordes de los montes del Gennargentu. Más adelante, llegamos al lago Gusana y vemos una bifurcación con Fonni a la derecha, considerado el pueblo más alto de la isla, y a Gavoi a la izquierda. Tomamos hacia Gavoi que ya ha habido bastante por hoy.
Desde Gavoi todavía hay algún repechón antes de iniciar la bajada que por inercia nos conduce a Nuoro , en lo alto de un cerro. Apenas unos 30 km. nos separan de la costa, aunque con un último tramo de subida al cruzar el río Oliena para alcanzar Dorgali. Aquí nos sorprende no ver el gran golfo de Orosei y sí un gran peñón en frente. Para llegar al mar hay que cruzar el peñón por un túnel y bajar a cala Gonone, una villa turística con mucha oferta de ocio, un lugar para veranear , vamos.
Salimos del callejón sin salida que es la cala, pues sólo hay el acceso por carretera a través el túnel , previa ascensión de 6 km., y seguimos por la carretera de la costa en dirección norte. Cerca de Orosei, la costa no es tan escarpada y podemos tener perfectas vistas del golfo di Orosei. Con presteza llegamos a la Caletta y después a Posada. El tramo es casi llano y recto, la única pega es el abundante tráfico que hay por la carretera. Para poder alcanzar Budoni hay que dar un rodeo porque la carretera está cortada desde hace tiempo y sin expectativas de arreglarla! Otra manifestación del carácter relajado y , a veces, indolente de los isleños.
Más playas y cabos en esta región y llegamos a otra capital de provincia: Olbia. Aquí el caos de una ciudad es patente y no ayuda nada que el tiempo empeore. A partir de Olbia se entra en la afamada costa Smeralda, un tramo de la costa de perfil suave y accesible que se ha convertido en residencia de personajes de la jet set en los últimas décadas. No obstante, a estas alturas ya estamos saturados de tanta costa y, además, la previsión meteorológica no es la más idónea para rodar. Optamos, pues, por desviarnos hacia el interior y acortar el recorrido previsto.
Tomamos dirección Témpio Pausánia por una carretera que nos han dicho que es poco transitada. Y no nos extraña. Ésta se interna por una región abrupta, retorciéndose entre montes y ascendiendo pequeños puertos sin más ruido que el tintineo de la lluvia cayendo. Alcanzamos Témpio, que resulta ser una encrucijada entre caminos que llevan a la costa, a Sassari y la ciudad de la que veníamos, Olbia. Este hecho ya nos da una explicación de su situación, aposentada en lo alto de un monte como una atalaya que controla el tráfico que pasa por allí. Por suerte, el camino que cogemos y que conduce a la costa de nuevo, toma una pendiente descendiente que agradecemos. Por si fuera poco, la lluvia se ha extinguido y la calzada está seca.
Llegamos a Perfugas y casi saboreamos el olor salobre. Sólo falta cruzar la cadena de montes que hay entre la costa y donde estamos. Ascendemos por Sedini en una rápida subida, por su pendiente, más que por la celeridad con la que la hacemos. Arriba planeamos entre aerogeneradores y pronto divisamos el azul del mar. Casi nos dejamos caer por la vertiente, pasando por Tergu y después Lu Bagnu. Volvemos de esta manera a estar en la costa, pero en otra cara hasta ahora desconocida de la isla. Unos días de relax en el conocido golfo dell' Asinara, como se conoce esta parte y afrontamos los últimos pasos de la ruta por la Cerdeña dirigiéndonos a Porto-Torres para embarcar y regresar con un nuevo descubrimiento sobre la bicicleta.
Consideraciones
Al ser un lugar turístico, los precios de la restauración y el alojamiento se ven incrementados muy por encima de lo que sería razonable por la calidad ofrecida.Transportar la bicicleta en ferry des de Barcelona no tiene ningún coste en el servicio de transporte regular Barcelona-Porto Torres que existe.
Las carreteras de la isla son muy estrechas y carecen de arcén. Además, muchas están en mal estado o cortadas por obras que , según algunos residentes, están así desde hace años. También apuntar que la señalización en estas carreteras es o bien escasa o bien confusa no habiendo un nivel intermedio. Se hace preciso llevar un mapa de carreteras.
Si no se domina el italiano, se puede recurrir a otras lenguas más extendidas porque los sardos se han espabilado a aprender los idiomas de aquellos que los visitan.
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